A continuación se ofrece al lector el texto original escrito y leído públicamente con motivo de la presentación de la novela Cuervos, de Daniel Rabal Davidov:
Madrid, noche del 27 de octubre de 2018, Daniel Rabal Davidov
Empecé a escribir CUERVOS guiado por un impulso de libertad. Una sensación flotaba en el aire y se mezclaba con el calor de agosto. Una cierta actitud opresiva en la sociedad, las actitudes de la gente, y un mundo que parecía regido por lo gris. Frente a ello, mi ser entero clamaba por gritar, alzar la voz y cantar a la Libertad del Alma. No hablo de algo político, religioso ni moral. Hablo de una sensación humana de falta de humanidad. Todo estaba alienado. La sensación era gris. Gris naciendo entre el sol de cada esquina de aquel agosto de 2017. Una voz acudía a mi mente una mañana con una constancia que me hacía darme cuenta de que debía escucharla. Decía un nombre, uno solo, una y otra vez. Recuerdo cruzar un paso de cebra frente a mi casa camino al Parque del Oeste y oírlo. Entre las hojas de árboles y alguna nube solitaria. Todo decía: Tristán. Así, lo primero en nacer de CUERVOS fue el nombre de su protagonista. Desde entonces, siempre tuve la sensación de que alguien me contaba su historia. Y al escribir el libro acudía con frecuencia en mi mente a esa persona y me dejaba guiar por ella. Por su forma de hablar, sentir, vivir. A veces le pedía permiso en mi mente para introducir cosas puramente mías. O él, que me conoce porque me mira desde ese mundo donde todo lo mortal se sabe, y lo inmortal también, me daba permiso para poner aquello que también es suyo. Tuve, además de ese nombre… en la cabeza a un personaje real en concreto que me dio el concepto de ese protagonista de la novela. Entre ambos y yo mismo, nació Tristán Caballero, conocido como Cuervo. Poeta, músico de Punk y novelista. Un completo disidente de lo aceptado y, al mismo tiempo, única voz de la verdad humana en una sociedad que rechaza lo REAL: lo que nos hace estar vivos. Una sociedad donde sentir es estar loco, donde ser apasionado es salvaje y donde atreverse a vivir como uno siente es “atentar contra la vida” establecida de lo gris. Es en este mundo en el que Tristán Caballero nace, vive y se manifiesta como soldado de la humanidad. Lleno de entusiasmo artístico, conectado con el Universo y sus fuerzas, canalizador de la Pureza del Mundo Real, donde todo es más mágico, salvaje y puro en ese sentido de lo que llegamos a imaginar. También en él se dan las contradicciones propias al mundo que lo ve nacer: es Romántico pero también Iracundo. Violento y Tierno. Lujurioso y Enamorado. Todo su SER clama por salir a la superficie escapando de la máscara y tomando al mundo entre sus manos, gritando al cielo y reinando en su pureza artística. CUERVOS es la novela de la vida-aparte. De atreverse a sentir. De ser quien uno Es. Tristán es él y también es Cuervo y también es otros. Y siempre es Uno. De su boca nace el fuego del conocimiento que debe hacer despertar. Voy a leer a continuación las
frases introductorias a uno de los libros de Tristán que se mencionan en el libro. Es su primer libro de poesía, y se llama DisTopiA:
“-Quisiera dejar en este libro también, las frases introductorias de DisTopiA-
DisTopiA
La distopia es un corazón agrandado por la atrofia del amor
La distopia es el mundo en llamas por un ideal
La distopia es la muerte por el valor
La distopia son los justos por los pecadores
La distopia supone el fin del comienzo
La distopia tiembla ante Dios y se alegra ante el mal
La distopia sufre de artritis frente a las palabras sagradas
La distopia odia
La distopia mata
La distopia vende
Contra la distopia, este libro, que libera el camino hacia lo –”
Para Tristán Caballero el mundo entero existe y no existe al mismo tiempo. Se ve a sí mismo muchas veces desde fuera del espejo. Y hacer esto, mirarse y por unos segundos ser capaz de trastocar la realidad y verse desde el otro, es una sensación que lo cambia todo. ¿Quiénes somos? No voy a decir qué quiere decir CUERVOS para mí. Ni mi objetivo con el libro. Mentiría si dijese que lo tenía. También mentiría si dijese que no. Al escribir, me dejo llevar por las sensaciones que ese momento me emana. Escribir CUERVOS fue duro. Una experiencia de viaje hacia el centro mismo del SER. Ya no digo de mi ser. Sino del SER Total. Adentrarse en lo que ES. En lo que vive dentro de cada uno de nosotros. Ver a través de otro que es YO, que no lo es, que habla a través de mí y me cuenta unos fragmentos de su vida. Que me pide que escriba una novela sobre él y a quien tengo un respeto reverencial. En la novela se habla en la manera que ese personaje habla. Se dice lo que requiere ser dicho y todo lo que se cuenta tiene la verdad de lo sentido, que es lo más real que hay.
Es una obra de ficción guiada por una realidad. ¿Qué realidad? Lo podría decir si
alguien supiese a ciencia cierta qué es real, dónde está el límite de esa realidad y dónde
está su comienzo. Como digo, lo que cuento fue guiado por una voz que clamaba por ser
vivida en esas páginas. Tal vez en otro plano de la existencia nosotros clamemos por ser
escritos en unas páginas también y no seamos ni conscientes de ello.
En la novela se tratan temas como el rock, la poesía, la calle, el amor, la heroína… y
más. Pero no es una novela que vaya sobre nada de eso. Y también va sobre todo ello.
Es una novela sobre Vida. La vida que cuenta es la de ese hombre. Sus pensamientos,
sus sentimientos, sus emociones. Al escribir a veces lágrimas corrían por mi rostro
conociendo sus historias, y otras la risa me invadía los labios. A veces el amor y a veces
el odio. El sexo, la música y la palabra. He aprendido mucho con este libro y de Tristán
Caballero. Yo también deseo vivir mi vida siguiendo la Verdad. En la consecución de
ella. ¿Qué es? Algo totalmente diferente para cada uno.
Recuerdo sentirme muy afectado emocionalmente días en particular mientras escribía
CUERVOS. Incluso me resulta duro leerlo. Así fue las cuatro veces que lo he hecho por
correcciones. Sentía a Tristán en mi ser y a mí en el suyo. Y en un momento hubo una
unión. O tal vez siempre estuvo allí. Hubo días en los que sentía absolutamente su
presencia dentro de mí, tomándome.
Como dijo Rimbaud: “Yo es Otro”. Tal vez esa sea la frase con la que podría definir a
CUERVOS. Sin mayor explicación.
Comencé a escribir CUERVOS a principios de agosto de 2017. Puede que el día 5 o un
poco antes. Yo tenía 19 años. Lo terminé de escribir el día 1 de diciembre de 2017. En
cuatro meses viví uno de los viajes emocionales más intensos que he tenido.
Me encerraba a veces en habitaciones y gritaba como lo hace el personaje. Lo veía
vibrar en cada foco de luz, atravesándola y surgiendo. Tomándome. Realmente
tomándome. Lo digo con esa expresión porque así lo sentía. Y él podía aparecer, estaba
seguro y aún lo estoy, en cualquier lugar, de repente, materializado en este mundo frente
a mí. Podía ser yo mismo incluso. ¿Podría tal vez haberse fundido conmigo?
Es a través de la poesía, y con poesía me refiero a la creación pura, de la cual conozco
las verdades. Pregunto al Universo y responde. Una fuerza sublime todo lo invade.
Es en ese sentimiento donde me siento realmente YO.
Ahora, para concluir, recitaré lo siguiente, escrito en el instante de escribir todo esto:
Vidas sagradas. Vidas sacras. Vidas sacralizadas. Todo es Uno y varios. El fuego arde en la pira y las bocas se vuelven para mirar a la noche siendo fecundada. La verdad se encuentra en algún lugar donde todo ruge. Alcemos la voz al cielo cantando.
Dibujo: Retrato en luz (Daniel Rabal Davidov, 2018)
Texto y dibujo: Derechos reservados, Daniel Rabal Davidov
Book trailer de Cuervos: